La LOE en su artículo 71 establece
que "corresponde a las administraciones educativas adoptar las medidas
oportunas para que los padres de estos alumnos (con necesidades específicas de
apoyo educativo) reciban el adecuado asesoramiento individualizado, así como la
información necesaria que les ayude en la educación de sus hijos".
Los
padres deben saber cómo es su hijo en la escuela, qué hace, cómo se relaciona y
a qué dedica el tiempo. Los profesores deben entender que cada niño es único en
tanto que producto de un entorno familiar específico que presenta rutinas,
costumbres y hábitos propios e intransferibles, y que no hay dos familias
iguales del mismo modo que tampoco hay dos alumnos iguales. Una de las
funciones básicas del profesor, especialmente del tutor ayudado por el
responsable de la orientación, es asegurarse de que la familia y la escuela
están coordinadas en sus esfuerzos educativos. Y una de las mejores maneras de
conseguirlo es favorecer la participación e implicación de los padres en la educación
de sus hijos. Es común que el docente encuentre en su trabajo con los alumnos
dificultades, problemas y demandas que solo puede resolver con el consenso y la
colaboración del entorno familiar. Normalmente la escuela orienta a los padres
y las madres a través de un instrumento crucial de trabajo en la escuela con
las familias, que son las entrevistas familiares. Una entrevista con la familia
del alumno/a debe consistir en una reunión a la que deben concurrir tanto el
padre como la madre, el profesorado y, en los casos en que se estime oportuno,
otras personas como el jefe de estudios, la dirección, orientadores, etc. Esta
reunión debe perseguir objetivos concordantes entre la familia y los profesores
y tener como fin la búsqueda conjunta de soluciones. Durante los intercambios
de información con los padres (ya se trate de entrevistas personales, informes
escritos, comunicaciones telefónicas, etc.), el docente debe seguir una serie
de reglas básicas (Bazdresch Parada, 2000):
- Cuidar las condiciones ambientales: Las condiciones para el
desarrollo de la entrevista son muy importantes. Es muy relevante
ajustarse a los horarios de las familias, sobre todo para aquellas que
trabajan. El lugar debe ser acogedor, cómodo y apropiado al tipo de
encuentro. Así por ejemplo, el aula es ideal para que los padres se
familiaricen con el entorno en el que se educan sus hijos. La cita tiene
que ser convocada con el suficiente margen de tiempo como para que la
familia pueda organizarse.
- Tratar de contar con la presencia de ambos
progenitores: Es fundamental, en la medida en que
tradicionalmente el padre suele estar ausente de estas reuniones y la
madre asume la participación en estos encuentros, perdiéndose con ello una
importante fuente de reflexión y de recursos de la figura paterna. Es
vital que los hijos con dificultades vean un trabajo de equipo entre sus
padres que aparecen ante ellos unidos en tareas parentales reflexionando
sobre las diferentes opiniones y criterios, y estableciendo, con la ayuda
de los profesionales, un clima de diálogo constructivo.
- Facilitar un ambiente de reunión amigable: que permita correr el riesgo a
la familia de exponerse, de mostrar parcelas íntimas sin temor a la
descalificación o a la culpabilización. Es importante potenciar lo mejor
de cada uno de ellos. El docente debe ser empático y cercano con los
padres para fomentar la interacción.
- Respetar la privacidad de los padres: no es preciso, ni tiene
sentido, ser indiscreto haciendo a los padres del niño cuestiones que se
adentren en demasía en su vida privada o en su relación de pareja.
- Construir un modelo de buen comunicador: El profesorado debe constituir
un auténtico modelo de cómo ser buenos comunicadores. Evitar conjeturas,
juicios de valor y simplificaciones, para los padres sus hijos son muy
importantes, y por ello son susceptibles, sensibles e influenciables
ante cualquier detalle relacionado con ellos. Se debe tener especial
cuidado con los comentarios que se hacen ante las apreciaciones e informes
de los padres, y con las explicaciones reduccionistas (tipo causa-efecto),
sobre la conducta de sus hijos. Así mismo, tratar de que el tono emocional
de la conversación familiar sea adecuado, desalentando la alteración
emocional entre las personas. Para que se produzca una adecuada comunicación
y se puedan beneficiar ambos contextos de sus aportaciones, es necesario
crear un contexto en el que los profesores han de prepararse para
establecer un diálogo en el que los padres se sientan escuchados como
expertos en sus hijos, y a la vez confieran la autoridad necesaria a los
profesores como expertos en educación. Un diálogo en el que ambos agentes
tienen mucho que aprender uno de otro. Para ello es necesario desarrollar
ciertas habilidades como la escucha, liberarse de prejuicios, valorar los intentos
de cambio, ser capaces de pedir ayuda a los padres, no culpabilizar, y
detectar y transmitir los indicadores de lo que hacen bien.
- Huir de los tecnicismos: un lenguaje demasiado
técnico y retórico es innecesario y puede llegar a ser perjudicial, pues
establece distancia con los padres y, además, habrá casos en los que éstos
no saquen nada en claro del encuentro. Se debe ser lo más llano y claro
posible para favorecer la interacción y la comprensión mutua.
- Cuidarse de las contradicciones: es necesario que las
comunicaciones no verbales no entren en contradicción con el discurso
verbal para no evitar confusiones. Así, por ejemplo, si el tema que se
trata es serio, se ha de hablar con total seriedad. Mostrar
"flexibilidad" y "firmeza" en función de la situación
que afrontemos en cada momento.
- Conocer la situación familiar y mostrarse
comprensivo con las dificultades familiares: Los profesionales han de estar
atentos a las dificultades que la vida familiar conlleva, no olvidando que
durante el ciclo vital de la familia, ésta debe afrontar estrés, crisis,
cambios que de hecho inciden en cada uno de sus miembros y, por supuesto,
en el alumnado.
- Ser positivo y evitar las comparaciones con otros
niños: se
deben evitar posturas derrotistas y los contrastes con otros compañeros
del niño. El maestro tiene que transmitir tranquilidad, partir de la idea
de que toda situación puede ser reconducida si se trabaja adecuadamente,
hacer comprender a los padres que cada niño tiene su propio ritmo
madurativo y que por tanto, toda comparación de su hijo con otros es
simplemente absurda y engañosa.
- Generar un clima de equipo entre todos los
participantes en la conversación: Es crucial el trabajo en equipo que deben
realizar maestros/as, profesorado, orientadores, maestros, especialistas
de pedagogía terapéutica y de audición y lenguaje, etc., para afrontar las
dificultades escolares del alumnado y para encarar juntos las
conversaciones con las familias.
- Obtener una definición clara y concreta de las
dificultades: Pedir información sobre enunciados generales,
vagos, imprecisos, formulados por los miembros de la familia, buscando objetivos
consensuados por los participantes (plantear tareas posibles y realizables
por parte de la familia).
Por todo
ello, debemos:
- Actitud positiva por parte de ambas partes.
- Mantener con el tutor citas regulares.
- Acordar un seguimiento con el resto de profesores
para ver cómo va evolucionando en las diferentes asignaturas.
- Planear conjuntamente unos objetivos realistas tanto
para padres como para profesores para llevar a cabo entre cada cita.
- Centrarse en las soluciones y no en los problemas.
- Informar a los padres de todos los aspectos,
positivos y negativos, sobre los avances en el rendimiento académico, la
conducta del niño, su estado emocional y las relaciones con sus compañeros y
profesores.
- Trabajar conjuntamente y valorar el trabajo
realizado por ambas partes.
- Comunicar a los padres si se van a efectuar medidas
de intervención, tanto dentro como fuera del aula: tipo de intervención, tiempo
de intervención, fechas, duración, lugar, dónde se va a intervenir, quien
realizará la intervención, etc.
- Uso imprescindible de la agenda. Algunas de las
dificultades más relevantes del alumno con TDAH son las de organización y
planificación de sus deberes, tareas, estudio, etc.
- Dedicar un tiempo cada día para que el alumno apunte
las tareas en la agenda.
- Para asegurarse de que el alumno ha recibido las
instrucciones de las tareas previstas se recomienda explicar las tareas para
realizar en casa y apuntarlas en la pizarra. Reservar un espacio o recuadro en
la pizarra para anotar en él toda la información relativa a la agenda y que
permanezca siempre a la vista.
- Es esencial que el alumno y los padres tengan acceso
a las fechas de exámenes con suficiente antelación, el contenido que abarcará,
las fechas previstas para la entrega de los trabajos y lo que deberán contener,
así como los libros que deben leer y las fechas límites de entrega para
planificar los tiempos de estudio y la supervisión necesaria.
- Asegurarse de que llevan el material necesario a
casa para realizar las tareas.
- Dar una serie de Orientaciones:
-
Que mejore su aprendizaje
-
Que mejore su autoestima (Concentrarse en el esfuerzo, no en las calificaciones.
Si el niño mejora, debe ser felicitado. Aunque no haya llegado al nivel
exigido, está en el camino).
-
Crear un
hábito de estudio. Debe tener un lugar y un horario estable. Regular sus
tiempos de trabajo con los de descanso. No disminuir sus exigencias de estudio
o trabajo, debemos adaptarlas a las necesidades del niño.
-
Mantenerse
en contacto con el profesor y fomentar una relación positiva. Son un equipo con
el mismo objetivo. Ser comprensivo y colaborador con los profesores.
-
Refuerzo
positivo (Felicitar al niño inmediatamente cuando tenga una conducta adecuada,
ofrecerle premios ante conductas positivas y evite los castigos continuos).
-
Mantener un
contacto físico con él, sentarse cerca, ponerle una mano en la espalda o el
hombro, abrazarlo, darle besos, hacerle cosquillas, darle la enhorabuena con
una palmada cariñosa o chocando las manos con las suyas…
-
Fomentar sus
habilidades sociales (Observar mientras juega con otros niños,ayudarle a ver dónde
falla y dónde tiene éxito, diseñar un sistema de señales para usar con el niño
en distintas situaciones sociales. A través de la señal se le llamará la
atención sobre un comportamiento inadecuado sin avergonzarle ante los demás, involucrar
al niño en actividades de grupo, siempre considerando sus intereses y
habilidades. Las actividades fuera del colegio le ayudarán a no ser rechazado
por una reputación negativa).
Entrevista
a los padres
Se entrevista, por parte del Orientador y tutor/a a
los padres, a la que se le informa de que se va a proceder al proceso de
evaluación psicopedagógico. La entrevista constará de las siguientes partes:
-
Historia del desarrollo
-
Contexto Familiar
-
Datos relevantes en el ámbito familiar
-
Cuestionario, tipo así: Itém: Nada Poco Bastante Mucho
1. Es impulsivo,
irritable.
2. Es llorón/a.
3. Es más movido de lo
normal.
4. No puede estarse
quieto/a.
5. Es destructor
(ropas, juguetes, otros objetos).
6. No acaba las cosas
que empieza
7. Se distrae
fácilmente, tiene escasa atención
8. Cambia bruscamente
sus estados de ánimo.
9. Sus esfuerzos se
frustran fácilmente.
10. Suele molestar
frecuentemente a otros niños.
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