miércoles, 5 de noviembre de 2014

Indicadores que pueden ayudarnos a predecir el éxito en el aula con alumnos con TDAH

Los alumnos de secundaria, dada las características de la etapa en la que se encuentran, la adolescencia, necesitan la presencia cercana del docente que le sirva de guía, les oriente y les de seguridad en su desarrollo personal y social.


La respuesta educativa a este alumnado requiere un trabajo conjunto y coordinado de todos los profesionales que atienden al alumno.

Las primeras medidas las dirigiremos a realizar adaptaciones ambientales y metodológicas aplicables a todo el grupo. El profesor adaptará el ritmo de los alumnos con más dificultades, se trata de modificar las condiciones en las que se de la clase.

Adaptaciones ambientales
  • Situar los pupitres para evitar la dispersión.
  • Sentarle cerca de nosotros junto a compañeros que puedan complementar y ayudarlo en su tarea.

Adaptaciones metodológicas
  • Comprenderle, ayudarle, tener una relación positiva entre el alumno y el profesor.
  • Mostrar interés cuando está trabajando en su mesa.
  • Intentar que salga a la pizarra.
  • Supervisión constante (mirándolo o pasando por su lado).
  • Si la tarea es muy larga, fragmentarla.
  • Buscar estrategias para comunicarnos con él.
  • Adaptar el programa educativo a las necesidades individuales de cada alumno.
  • Adaptarles los exámenes en el tiempo y en la forma.
  • Fomentar la buena conducta y la utilización del elogio con frases cortas y positivas resaltando el éxito.
  • Utilizar registros y contratos para planificar sus tareas.
  • Realizar periódicamente entrevistas con el alumno de seguimiento y motivación de su trabajo.
  • Crear rutinas que posibiliten una mejor organización de las sesiones y que permitan al alumno anticipar y prevenir lo que viene a continuación y así evitar problemas.
  • Estructurar las sesiones de forma que resulten dinámicas y motivadoras (fichas, soporte informático, trabajo de investigación en grupo,...).
  • Reducir el tiempo dedicado a las explicaciones verbales e implicar más al alumno.
  • Favorecer la participación.
  • Explicar con detalle y si hace falta de forma individual los procedimientos para de resolusión de las tareas que se plantean.
  • Enseñar y aplicar de forma práctica las técnicas de estudio en el día a día del aula: resúmenes, esquemas, ...
  • Descubrir sus potenciales para ayudarlos a sentirse mejor y posibilitar su desarrollo personal.
  • Fomentar en el grupo el respeto a las diferencias entre los alumnos.



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